La llegada del verano da paso a infinidad de planes acuáticos, náuticos y otras sugerencias que incluyen un refrescante chapuzón. Además de los cuidados habituales relacionados con este medio, hay que prestar atención a
otra cuestión: ¿soportará mi reloj el contacto con el agua? Descubre cómo se identifica la resistencia al agua en los relojes y aprende los términos más frecuentes que hacen referencia a esta capacidad.
Conocer esta información resulta clave para saber elegir la pieza de alta relojería idónea en función del estilo de vida de la persona que la llevará en su muñeca.
Relojes y resistencia al agua en bares, ATM o metros
Una de las particularidades que definen a un reloj es su resistencia al agua, y más ahora, que apetece tanto zambullirse. Para referirnos a ello tenemos que hablar de vocablos como BAR, ATM y también metros:
• ATM se refiere a atmósfera y se corresponde con 10 metros en agua.
• El término BAR viene a ser similar a ATM y equivale a lo mismo.
• La letra M alude a esa resistencia medida en metros de agua.
Lo más habitual es que los relojes resistentes al agua se clasifiquen en 3, 5, 10, 20 o 30 ATM/BAR. Lo que significa que cada uno de ellos tiene una resistencia de 30, 50, 100, 200 y 300 metros, respectivamente.
Aunque también existen piezas de alta relojería con 100 ATM, ideadas y diseñadas para buceo a grandes profundidades.
A simple vista puede parecer que con un reloj grabado con la inscripción Water resistant se puede realizar cualquier actividad acuática. Pero no solo hay que fijarse en ese detalle, también hay que prestar
atención a la cifra que acompaña a ATM/BAR o metros. Veamos en qué se diferencian.
Relojes 1 ATM, agua la justa
Este tipo de relojes son poco impermeables y solo están preparados para las salpicaduras de la actividad diaria.
Relojes 3-5 ATM, impermeables a lo cotidiano
Estos relojes toleran vertidos de agua y son lo suficientemente herméticos como para aguantar las gotas de una tarde de lluvia o la ducha diaria. Eso sí, se aconseja no exponerlos a duchas con agua muy caliente.
Si se acercan a 5 ATM son capaces de soportar una sesión de natación, pero de corta duración y en superficie.
Relojes 10 ATM, ahora sí, a sumergirse
Al llegar a soportar 100 metros de agua, estos modelos de reloj son aptos para natación,
snorkeling y buceo con tubo. Las personas aficionadas a estos deportes pueden seguir disfrutando sin preocupación con relojes 10 ATM,
como este modelo
Omega Seamaster que aguanta 15 bares o esta pieza de
Tudor Black Bay Ceramic
que alcanza los 20 bares.
Relojes 20-30 ATM para buceo profesional
Si quieres un reloj para bucear lo más recomendable es que al menos resista 15 ATM. Aunque si te entusiasma el buceo lo ideal es decantarse por relojes 20 ATM. A partir de 30 ATM y hasta 100 encontramos relojes con una
hermeticidad
tan precisa como la del
reloj Omega Seamaster Planet Ocean,
que alcanza los 600 M.
Relojes 100 ATM en grandes profundidades
Las personas apasionadas del buceo extremo deberán buscar un reloj con esta resistencia al agua, apto para grandes profundidades y sesiones de larga duración.
Normas que garantizan la resistencia al agua de los relojes
Para determinar cómo resiste el reloj al agua se realizan diferentes exámenes en laboratorio. Para ello se somete la pieza a una presión de agua que va aumentando poco a poco, hasta alcanzar su nivel de impermeabilidad.
Esas pruebas deben cumplir las normas ISO 2281 e ISO 6425, que describen los diferentes tipos de resistencia al agua y el procedimiento para su cálculo.
Sea cual sea la resistencia al agua es vital saber que no es infalible, puesto que las juntas del reloj están expuestas tanto al envejecimiento natural como al desgaste. Para garantizar la estanqueidad y hermeticidad del
reloj es preciso revisar y cambiar las juntas y sellado cada dos o tres años o antes si hay signos de deterioro. En todo caso, es conveniente consultar y respetar las instrucciones del fabricante para cada marca y modelo específico.
Algunos consejos adicionales para prolongar la resistencia al agua en los relojes son:
• Comprobar que la corona está correctamente enroscada antes de sumergirse.
• No manipular la corona ni los pulsadores bajo el agua.
• Tras una inmersión en el mar, siempre aclarar posteriormente con agua dulce para evitar la oxidación y mantener el buen estado de los materiales.
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